Honda CBR300R: espíritu deportivo

Por Chiche Caldarella

A lo largo de su historia, Honda hizo de las competencias deportivas parte de su ADN de marca. Así es como ha creado modelos de calle que buscan reflejar esa impronta para que los usuarios se aproximen a las sensaciones de pista. Esta CBR300R se inscribe en esa línea y es la saga de las conocidas CBR1000RR y CBR600RR en formato chico, aunque en este caso tiene una descendencia estética casi directa de la CBR500R bicilíndrica.

Este es el estilo de moto que mejor me calza, por mi gusto y por mi historia deportiva. Nunca me olvido que en la última fecha del campeonato mundial de 1961, en la Argentina, corrí con una 250 para el equipo oficial Honda.

A primera impresión me pareció una moto de mayor cilindrada por el carenado, el diámetro de las ruedas, y el remate trasero. También es cierto que tiene un diseño que ya lleva 5 años, debutó en noviembre de 2013 en el EICMA de Milán como una evolución de la CBR250R.

Al probarla, me acoplé fácilmente a la moto y me adapté a la posición de manejo. El carenado está bien resuelto dado que me cubrió perfectamente. Incluso, con viento de frente la moto no se movió.

Tiene dimensiones contenidas, pesa 164 kilos en orden de marcha, con un reparto de pesos muy balanceado gracias a componentes bien compactos.

El alma de toda deportiva está en su motor. En este caso, se trata de un monocilíndrico de 286 cc, 4 tiempos, 4 válvulas, DOHC, refrigerado por líquido, que entrega una potencia máxima de 30,8 CV a 8.500 rpm y un par de 27 Nm a 7.250 rpm. Si bien el tacómetro llega a las 12.000 rpm, el corte está en las 10.500. Suena muy bien, sin ruidos metálicos de vibraciones indeseadas y a altas revoluciones emite un sonido parejo y agradable.

Me llamó la atención, y me gustó su notable aceleración, que permite sentir plenamente las 10.000 revoluciones que pude tirar en cada cambio. A 130 km/h el motor todavía tiene resto como para encarar un sobrepaso con seguridad. Si bien la velocidad final llegó hasta los 174 km/h a 10.500 rpm, el tablero es un poco mentiroso.

Muy bien que la CBR300R incorpore ABS en ambas ruedas. El freno delantero, con un solo disco y cáliper de dos pistones, me pareció efectivo, mientras que el trasero, con un solo pistón acompaña correctamente.

Las cubiertas, Road Winner (la delantera 110-70/17 y la trasera 140-70/17) son duras, lo que implica tener un mayor cuidado cuando se dobla y se frena, en particular sobre pavimento húmedo.

La suspensión delantera no tiene regulación, en tanto que en la trasera se modifica la carga del resorte de acuerdo con el peso del piloto y/o acompañante.

 

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