Por Chiche Caldarella
Corven es una de las pocas, sino la única, empresa de origen nacional dedicada a la producción y venta de motos que ha tenido un crecimiento vertiginoso en muy pocos años. En 2008 surgió el proyecto y al año siguiente se concretó con las primeras unidades en la calle.
Es cierto que la empresa tenía una afinidad industrial dado que había arrancado en 1969 en Venado Tuerto, Santa Fe, con la fabricación de amortiguadores para distintos vehículos.
Pero, tras los comienzos en las 2 ruedas 10 años atrás, una decisión estratégica cambiaría el rumbo y el perfil de la marca: en 2013, su presidente, Leandro Iraola, gestionó y consiguió un acuerdo de asociación con la india Bajaj, número uno en producción de motovehículos en su país de origen y cuarto en el mundo.
A partir de ese hecho ambas marcas fueron subiendo cada vez más escalones en los rankings de producción y ventas de motos en Argentina.
De acuerdo con las estadísticas que mensualmente elabora la División Motos de ACARA, en lo que va de este año, Bajaj ocupa la novena posición en ventas por marcas con 15.000 unidades lo que implica 3,8% de participación sobre el total y 4,5 % de incremento respecto de igual período de 2017.
Por su parte, su modelo Rouser 200 se posiciona en el 18vo. lugar del ranking por modelos con un total de 6.800 unidades para los primeros siete meses del año con 1,7% de participación en el mercado y 7,8% de incremento contra igual período de 2017. O sea que este modelo explica el 45 % de las ventas de la marca india en nuestro país y por ende es el más vendido. De ahí la importancia de la Rouser 200 para Bajaj.
Novedades
Precisamente, para no descuidar ese producto y el mercado que conquistó, pocas semanas atrás, la marca presentó una evolución tecnológica del modelo, la versión NS 200 Fi ABS, donde las novedades más importantes son: la incorporación de inyección electrónica y sistema de frenado antibloqueo.
Conceptual y estéticamente se trata de la misma moto antes carburada, con los mismos atributos y con los mismos elementos a mejorar.
Al subirme percibí una moto en donde inmediatamente se encuentra la posición de manejo gracias a una notable ergonomía que permite ubicar sin problemas a pilotos de cualquier altura con un acceso “natural” a los semimanillares y a los pedalines. El asiento, en dos altura, con una distancia al piso de 80 cm. y antideslizante, tiene una dureza justa. Una cuestión que se podría mejorar es colocarle goma también a los reposapié del acompañante y resorte a los del piloto para que siempre estén desplegados.
El tablero es el mismo de siempre pero ahora se agregaron los íconos de diagnóstico de motor y de ABS, con una lectura visible pero sigue sin indicador de marcha conectada y la luz testigo de giro es poco visible, te la olvidas encendida.
El tanque tiene buen diseño que permite ubicar las piernas pegadas a la moto lo que posibilita “sentir” mejor el andar, aunque un parabrisas corto no le vendría mal.
El chasis perimetral contiene al motor y le otorga una buena rigidez al conjunto lo que deviene en una correcta ciclística que permite mantener la moto firme y en la línea de marcha tanto en recta como en curva con pocas vibraciones.
La suspensión delantera es convencional, sin regulaciones de amortiguación, pero con una dureza normal para los distintos movimientos. La trasera es un monoshock Nitrox sólo con regulación en la precarga del resorte.
Frenos y motor
En los frenos esta una de las novedades. La Rouser NS 200 Fi incorpora sistema antibloqueo (ABS) monocanal, esto es sólo para la rueda delantera. Si bien es un importante avance en seguridad en la gama baja lo ideal sería que la trasera también cuente con este dispositivo.
Para hacer más efectivo el sistema se aumentó el diámetro del disco delantero de 280 mm. a 300 mm. pero las cubiertas Eurogrip, de origen indio, restan eficiencia al sistema ABS, se podrían haber colocado unas de mayor adherencia. Si bien el freno delantero es efectivo, el ABS debería actuar antes.
El motor es el conocido monocilindro 4T que entrega 24.8 CV a 9.750 rpm y un torque a 18.6 Nm a 8.000 rpm. con encendido digital con triple bujía (DTSi). Ahora, la gran diferencia está en la inyección electrónica Bosch que aporta un caballo más de potencia y una aceleración lineal sin baches. Si bien a bajo régimen el motor “grita” más de lo que entrega a medida que sube revoluciones se pone alegre y va pidiendo cambios hasta llegar a la sexta marcha.
El embrague es muy suave, no cansa la mano izquierda, el acelerador es a cable. Al salir, la moto no trepida.
A 7.500/8.000 rpm, en sexta, todavía tiene resto como para encarar un sobrepaso exitoso. Con viento en contra llega a 140 km/h y con viento a favor supera levemente los 150 km/h.
Para el final algunos detalles. El comando de luz de giro no es muy intuitivo dado que no sobresale lo suficiente como para accionarlo con facilidad y con el espesor del guante se pierde sensibilidad. Un buen detalle es que venga de serie con caballete central y muleta. Los espejos no tienen la mejor visibilidad y resulta complicado encontrar el ángulo para ver correctamente, siempre se ven los brazos del conductor. Tal vez debería tener los soportes más largos. Viene con un buen equipamiento de herramientas.
Con una capacidad del tanque de combustible de 12 litros y según las condiciones de marcha tiene un consumo promedio de 3,2 litros cada 100 km.
Hola la adquirí hace poco, vengo de un tornado 250 y quería algo más de tecnología (inyección) y seguridad (ABS).Hasta ahora no para de sorprenderme ese motoricito rabioso es un placer.