El directivo apuntó a incrementar la profesionalización de la red de concesionarios con nuevas herramientas comerciales y a una mayor atención en el servicio. Los segmentos para tener en cuenta: Street, entre 250 y 300 cc, y scooters.
Por Alejandro Fischer
Yamaha fue una de las primeras marcas que intuyó el vendaval económico que se venía y a mediados de año realizó un fuerte ajuste en su planta de General Rodríguez que llegó al 25 % en todos los niveles. Hoy se encuentra produciendo unas 2.000 unidades mensuales de sus modelos Crypton, YBR, las FZ, XTZ 125 y 250, y Raptor 700, la mitad de un año atrás. En una entrevista exclusiva con este suplemento, su presidente, Pablo Hlebszevitsch, habló sobre la situación del mercado, las perspectivas para el año próximo, el crecimiento de determinados segmentos, y la situación de los concesionarios.
¿Cuál es tu análisis del actual mercado?
Está golpeado. Históricamente era 60 % al contado y 40 % financiado. Esa financiación se cayó y el contado también está sacudido por una suba de precios y una baja en los ingresos. Entonces la situación es complicada. Habrá que esperar a que la economía se recupere y ver hacia dónde va.
¿Cómo ves el futuro?
El corto plazo de acá a un año estará complicado. Las tasas seguirán altas porque el Banco Central no tiene demasiadas herramientas para manejar el tipo de cambio entonces su única forma de controlar el dólar es con tasas altísimas. Si hace un año hablábamos de un mercado de 700.000 unidades hoy tendríamos que estar pensando en la mitad.
Dentro de este contexto, ¿cómo le está yendo a Yamaha?
El futuro es acompañar al país. Yamaha está desde 1996. Pasamos el 2001 y la crisis del 2008. Este tipo de empresas no se va y viene de un país en función de una coyuntura. Nos vamos acomodando pero seguimos. Argentina es un país motociclístico, se vio en el salón de octubre.
¿Cómo está la producción?
Hoy estamos produciendo unas 2.000 unidades por mes de los modelos Crypton, YBR, las FZ, XTZ 125 y 250, y Raptor 700, la mitad del año pasado.
¿Qué porcentaje de integración tienen?
Veníamos con un plan de integración que suspendimos debido a que este Gobierno empezó a trabajar con una nueva ley de motopartes. En el salón se firmó una carta de intención respecto de esta ley que debería salir en los próximos meses porque todavía le están sacando y agregando detalles. Hoy, en la YBR125 tenemos poco más del 20 %, en el Raptor 10 %, el resto viene de afuera.
¿La cantidad de plantas de motos en Argentina está sobredimensionada?
Creo que sí. Si no hay cambios, vamos hacia un mercado de 400.000 motos. Entre importadores y terminales somos unos 50. Afuera, una sola fábrica produce un millón de unidades al año. No hay efectividad de producción. Y eso pasa en muchos sectores. Creo que esas son los temas que debemos pensar como país. Tenemos que tener especializaciones, el mundo va hacia eso.
¿Cómo le fue a Yamaha en el salón?
Pusimos una bonificación del patentamiento en las motos que reservaran durante la exposición y nos fue bien. Además mucha gente conoció varios productos que nosotros pensábamos que se conocían y no era así. De la gente que se anotó interesada por una moto se concretaron el 80 % de las ventas, habrán sido unas 1.000 unidades. Esa acción fue efectiva.
De todas maneras la marca no presentó novedades…
Si, es cierto, ya habíamos tenido lanzamientos fuertes a fin del año pasado y principios de este. No teníamos previsto lanzamientos para la segunda mitad del año. Y nos sirvió para promocionar productos que la gente no conocía como las XSR 700 y 900.
¿Hacia qué segmentos va el mercado?
En el mediano plazo el transporte individual va a crecer mucho, y en particular en nuestro país donde mantener un auto es caro, ocupa espacio y el transporte público no alcanza para satisfacer la demanda de movilidad, en particular en las ciudades. Ahí aparecen las Street donde creo que va a crecer bastante en 250 y 300 cc. Tangamos en cuenta que hay muchas 125 o 150 y esos usuarios quieren subir de categoría para tener mayor comodidad, prestaciones y seguridad, muchas ya vienen con ABS. Hay usuarios nuevos que buscan un vehículo más automático, como un scooter que brinda una movilidad tranquila, con protección contra el viento y buen espacio para llevar cosas. También están de moda las motos retro en todos los segmentos.
¿Cómo está la situación de los concesionarios?
Creo que después de la tremenda crisis del 2001 hubo un aprendizaje. Nuestra red financieramente está fuerte y ahora deberá acomodarse a un mercado más reducido por un tiempo. Pero la vemos sólida con una buena estructura para pasar la tormenta.
¿Qué proyectos tiene Yamaha para el año que viene?
Tenemos la idea de pasar a producción modelos que hoy estamos importando como CBU (N de la R: vehículo completamente armado) como algunos de la línea de 250. Pero las novedades de Yamaha no van a pasar tanto por un tema de nuevos modelos sino por mejorar y ampliar los servicios. Tenemos que profesionalizar más la red de concesionarios. El cliente debe sentirse confiado y cómodo con el asesoramiento, la venta y con el servicio técnico. Creo que en algunos casos, la red esta como la de autos en los años ’70, con informalidades y sin los estándares de calidad internacionales. Hay que dar más capacitación y cambiar ciertas pautas culturales como las nuevas tecnologías, trabajar con las redes sociales. Hoy los clientes tienen más información y saben más que los vendedores.