La muerte de un joven piloto volvió a golpear el motociclismo

Domingo, circuito de Jerez, España. La categoría SP 300 de la Federación Andaluza de Motociclismo (FAM) disputa la sexta vuelta de las diez pactadas para su carrera. Durante el giro, Marcos Garrido Beltrán, de 14 años y oriundo de Cádiz, pierde el control de su moto mientras lideraba la prueba. Tras la caída es súbitamente impactado por otro competidor. Sale la bandera roja. Llegan los servicios médicos y es trasladado al Hospital General de Jerez, donde una hora después de su ingreso es confirmado su fallecimiento.

Garrido, que era considerado una de las promesas del deporte motor ibérico, andaba en moto desde la corta edad de dos años y con seis había logrado quedarse con el Trofeo Andaluz Copa Sur ANPA (Asociación de Pilotos Aficionados). Fanático de Valentino, marchaba primero al momento de perder el control entre entre las curvas 2 y 3.

El motociclismo, aquel deporte que nos apasiona y es cada vez más seguro, volvió a golpearnos el ánimo mediante uno de los infortunios más letales de la actualidad. Que no sea en vano.

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