Entre la nostalgia y la camaradería

Coleccionar motociletas antiguas no es sólo tenerlas en exposición en el living de la casa para regocijo personal. Muchos consideran que una motocicleta con muchas décadas encima es para disfrutarla para lo que fue concebida, salir a rodar y andar muchos kilómetros.

Y así lo entienden los fundadores y socios de la Asociación Argentina de Motocicletas Antiguas y Clásicas (AAMAC), una entidad de amantes de las motos del ayer que ya tiene 11 años de existencia con el objetivo de rescatar, restaurar y revalorizar el patrimonio histórico de motociclismo pero también que sean exhibidas en su ámbito natural, calles y rutas.

“Nuestra función no es sólo restaurar, mantener y exhibir las motos de otras épocas, sino también fomentar y difundir las motos clásicas tanto las de calle como las deportivas. Buscamos que la moto antigua no sólo se la conserve sino que se la use. Creemos que esa es la forma de ejercer nuestra pasión”, definió el doctor Guillermo Talevi, presidente de AAMAC.

Y agregó: “Nuestro espíritu es mantener la amistad que nos une a través del gusto que sentimos por las motos y de los viajes, que sirven para demostrar la camaradería y solidaridad que nos debemos en la ruta”.

Por eso, además de salidas cortas los fines de semana, los coleccionistas realizan viajes programados de larga distancia varias veces en el año.

El último, pocas semanas atrás, fue a Córdoba. Hacia allí partieron casi 30 motos, algunas andando y otras en camión.

Sucede que algunos motociclistas deciden despachar sus vehículos porque tienen poco tiempo para realizar el trayecto de ida y vuelta. Hay que tener en cuenta que las motos clásicas viajan más lento que las actuales. Entonces van en auto o en avión.

Una vez que todos se reunieron en Villa Carlos Paz iniciaron los circuitos que habían elegido.

El primero fue hacia el Observatorio, pasando por Copina volviendo por Icho Cruz hasta Carlos Paz.

Al otro día, temprano arrancaron para hacer el Camino de las 100 Curvas de Carlos Paz, un camino serpenteante que pone a prueba la habilidad de los motociclistas y las condiciones de las motos.

El tercer día estuvo destinado a recorrer uno de los caminos más atractivos de la provincia, el Del Cuadrado hasta La Calera.

Todos los circuitos fueron sobre asfalto.

De regreso, por la tarde, el Museo de la Moto de Carlos Paz, organizó una competencia para motos clásicas locales de 6 horas de duración en la costanera del lago San Roque. Y, como no podía ser de otra manera, varios miembros del AAMAC, participaron de la carrera mientras que otros prestaron colaboración para ayudar a sus colegas cordobeses. Y la competencia la ganó un socio de la entidad, Marcelo Vázquez.

El viaje de ida y vuelta y los tres días de circuitos implicaron unos 1.800 kilómetros en donde abundaron las anécdotas, la buena comida, la camaradería, y las sensaciones intransferibles de recorrer los caminos de hoy en motor del ayer.

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