La filial local de la marca de Münich organizó un encuentro multitudinario en Villa General Belgrano. Hubo de todo, desde clases de manejo hasta barbería. Se reunieron casi 2.000 motos.
La idea es replicar el encuentro que desde 2000 se hace todos los años en Garmisch- Partenkirchen, en el estado de Bavaria, a muy pocos kilómetros de Münich, en Alemania. Allá, a comienzos de julio, convergen miles de motociclistas de toda Europa, usuarios exclusivos de BMW, para pasar 3 días en comunidad en medio de la campiña de los Alpes bávaros, realizando y disfrutando de todo tipo de actividades vinculadas con el motociclismo y la marca. Se trata de uno de los encuentros más concurridos en el mundo, en la edición de este año se reunieron cerca de 50.000 riders.
Este formato se viene repitiendo en otros países. En Argentina se realizó en 2013 para celebrar los 90 años de Motorrad, la división de motos
de BMW. Tras superar la crisis de las importaciones de los últimos años, pocos días atrás se realizó un nuevo encuentro con la idea de repetirlo todos los años.
Y el lugar elegido no podía ser otro que Villa General Belgrano, en Córdoba, una de las colonias alemanas más características de nuestro país. Pero la elección del lugar no obedece sólo a la afinidad germana sino también a que es un punto equidistante en el país a donde pueden converger motociclistas de todas las provincias. Y de hecho así sucedió. “La idea es que los motociclistas recorran varios kilómetros para llegar al encuentro y así revivir el espíritu de los viajes en ruta y en grupo que es donde se demuestra toda la solidaridad entre pares.
Tuvimos visitantes de lugares muy lejanos”, explicó Sebastián Centeno, responsable de BMW Motorrad en el país. Varios motociclistas hicieron hasta 1.000 kilómetros para llegar. Pero la experiencia del viaje fue tan intensa como las actividades en la Villa. Algunos pincharon cubierta, otros se quedaron sin combustible, unos se cansaron más de la cuenta pero ninguno renegó de las desventuras. El objetivo era terminar el viaje y disfrutar del encuentro.
Según reseñaron los organizadores, hubo casi 3.000 personas entre motociclistas, acompañantes e invitados y unas 1.900 motos, números que prometen superar en el futuro. El encuentro duró casi 2 días y hubo de todo tipo de actividades: clínicas gratuitas de conducción off-road y on-road, relatos de experiencias de viajes a cargo de sus protagonistas, la elección de la mejor moto clásica, una exposición de dibujos y fotos a cargo del español Emilio Cabañas y del argentino Henry von Wartenberg, y una notable demostración de habilidad y dominio de la física arriba de una moto en los pies y las manos de la francesa Sarah Lezito.
También hubo patio de comidas, clases de reparación de cubiertas, un estudio de tatuajes, una barbería para caballeros, y arte en madera. Cerveza recién a partir de las 6 de la tarde. El último día hubo una cena de nivel gourmet. Para los que les gusta la conducción hubo varios circuitos para llegar a pueblos cercanos. El más demandado fueron los 33 kilómetros hasta La Cumbrecita, donde las curvas y contracurvas en subida y bajada generaron adrenalina y placer conductivo.